Rojo de luz diamante
Caminos que han quedado, en ambas orillas,
que abandonan su curso habitual;
cerca, muy cerca de las estrellas,
donde los sueños, en la noche, desigual.
Un camino desconocido y a la vez ansiado,
una orilla luminosa, radiante;
bajo la noche, entregado
de amor lleno, rebosado y apasionante.
Una mirada, acariciando el viento,
Unos cuerpos sobre la arena;
unos dulces minutos, sin aliento,
una suave y bella sonrisa, de amor llena.
Un escuchar del momento… ¡el silencio!.
Sobre una piel tersa, firme, llena de luz,
el fuego de la noche incandescente;
recrea la figura… ¡como eres tu!,
de manos, que acarician suavemente,
lo bello, lo joven y radiante.
Sobre un rojo, de luz diamante,
tu cuerpo, como lucero brilla.
Mojado por el agua, radiante,
junto a la arena de la orilla.
Lleva vestidos de volante,
agua que sobre el suelo cae.
De estrellas, de luz de luna,
gotas de agua, que lleva
el llanto y la fortuna,
del alba, que la luz renueva,
al día que pronto llega.
Francisco Pérez Bueno
30-09-2015